En el nombre de...

Difícil permanecer lejos de las formas de comunicación que acompañan la guerra, una de ellas, la red. Y aunque sus riesgos son evidentes, -languidez, frivolidad y nostalgias humanistas y revolucionarias-, no parece haber más remedio que ceder. Se trata de una antinomia perfecta: comunicar, (ese eufemismo de la permanencia al lado de otros y otras), mata y, sin embargo, es la única forma de sobrevivir.

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