Bolívar Echeverría construye un mirador teórico que llama ethos histórico, “un concepto referido a la necesidad en que está el discurso reflexivo de pensar coherentemente la encrucijada de lo que se entiende por ‘historia económica’ y lo que se conoce como ‘historia cultural’." El y la investigadora debe optar por una determinante, según su observación del mundo material. Echeverría opta por una determinante cultural, claramente establecida después de los años 70 del siglo XX. Quizá ahora se imponga una determinante económica, qué ethos nos esperarían entones: el ethos domesticus, el ethos postnacional o postestatal, el ethos pandemus, el ser humano encapsulado, el violento y quizá postcapitalista despliegue de las formas nómadas, exiliadas y migrantes. En el discurso de Echeverría, ese mirador lo llevó a establecer el ethos barroco, como la posibilidad más potente de ese ethos histórico, de esa historia económica y cultural.






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